Estefanía
Estaba en primer semestre, donde uno de nuestros profesores de escuelas psicológicas en ese momento, empezó a tomar ciertas actitudes que en un principio me parecían extrañas, nunca te esperas que un profesor actúe de ese modo, pero siempre justificamos este tipo de actitudes, porque pensamos que pueden ser inocentes, en mi caso pensaba que era una persona demasiado amable, no le presté mucha atención, hasta que sus comentarios fueron subiendo de nivel, cómo era obvio empezó a invadir un poco más el espacio personal, o sea simplemente me centré en evadirlo, en segundo semestre evité tomar una materia con él, pero en el tercer semestre una de mis compañeras me comentó que este profesor estaba en la misma situación con ella, poco a poco fuimos hablando y se fueron sumando más chicas, a la final, llegamos aproximadamente 16 muchachas a las que las que había acercado de este modo, una de mis compañeras había comentado su historia y también se sumaron estudiantes y profesoras de otra universidad, en ese momento empezamos a organizarnos entre todas, como te digo por mí no luche, decidí callar muchas veces, en sí, me decidí a hablar por mi compañera que es madre soltera, me parecía indignante la forma en la que este hombre hacía todo; recuerdo que habíamos hablado con nuestras profesoras y había dicho que le daría un ultimátum, o sea que se controle un poco, pero seguía con esos comportamientos, entonces pensamos que en realidad nunca hablaron con él o simplemente no lo tomo en serio. Él continuó con este accionar, llegaba a tocar las manos, incluso acercarse a tocar las piernas de mis compañeras, a mí también me hizo esto; recuerdo que tuve un problema en la matrícula y el me pregunto, le comenté lo que paso y me dijo yo comprendo, me abrazó, después lo repitió algunas veces, pero ya sabes la sensación que se siente, es super incómodo, sabes que no es apropiada[1]; me empezaron a molestar estos comportamientos que incluso evitaba ir incluso a la biblioteca, porque ya sabía los horarios que él tenía, evitaba ir a la cafetería porque me lo podía encontrar ahí, la Universidad se transformó en una especie de laberinto, donde tenía que esquivar a este hombre, ahora estoy más tranquila porque por suerte ya lo destituyeron y digo suerte porque bienestar estudiantil está funcionando con una psicóloga muy buena, se movilizó de muchas formas para dar a conocer esta situación y lo destituyeron, gracias a esta situación, he escuchado más testimonios de mis compañeras que han vivido desde semestres muy antiguos el acoso de este profesor, por ejemplo una compañera que está en octavo semestre y había vivido esta misma situación desde semestres muy tempranos, obviamente nos damos cuenta de que la Universidad no presta mucha atención o no prestaba mucha atención a este tipo de situaciones.
En mi caso este profesor llegó a meterse incluso en mi vida personal, enviarme audios, porque no sé cómo consiguió mi número de teléfono y me decía que salgamos, que deberíamos bailar, que deberíamos beber algo, me preguntaba si ya he salido con personas mayores, me comentaba de su hijo, me comentaba sobre su vida; igual en clase, rompía todo este comportamiento que debería existir de respeto entre profesor y estudiante, lanzaba comentarios fuera de lugar, una vez, mientras me miraba fijamente, decía, cuando te gusta alguien, tú le quieres abrazar, le quieres tocar, acercarte, pero por supuesto tienes que ir poco a poco; todos mis compañeros se quedaban viendo, algunos se reían, otros se quedaban indignados y gire a decirle a mis compañeros que jamás en la vida me dejen sola con él, porque ya me había tocado es una situación así, fue una vez en la que tenía que pasar notas, muchos faltaron, estábamos aproximadamente 5 personas esperando las notas, como mi apellido está entre los últimos de la lista, siempre me quedo al final, todos empezaban a irse, me quedé esperando la nota, me dijo tengo que pasar otras notas, quieres ayudarme y le dije ok, me senté a un lado y le ayude en esa tarea, pero empezaron las pausas incómodas donde nadie decía nada, cuando de la nada me dice cuéntame tú bebes, yo le dije que no salgo en realidad, como te digo, en primer semestre, yo tomaba este tipo de acercamientos por parte de él, como si estuviese siendo amable, incluso eso me dijo una de mis profesoras, me mencionó que como él es humanista, por eso tiene que tocar, tiene que abrazar, siento que es alguien que justifica esos comportamientos, es por eso que seguramente no hablo con él profundamente y por eso no intento eliminar este tipo de situaciones, pero bueno en este momento igual me hacía comentarios sobre mí respecto a porque no bebo, yo le decía bueno a veces tomo algún tipo de vino, depende del genio, me pregunto si despendía de mi menstruación[2], en mi cabeza yo decía estoy hablando de mi genio, qué tiene que ver; ese día ya logre salir de ahí, iba con toda la sensación de incomodidad, porque me abrazó y me dijo es que tú eres muy bonita, deberíamos salir, yo solo le dije bueno adiós y nuevamente me abrazo, como yo estudiaba en un horario nocturno, la Universidad estaba abandonada, tenía miedo, fue la situación más incómoda que había vivido en el momento y no sabía cómo reaccionar, hablé con mis amigos, hable con una persona que salía en ese entonces y me dijo esto hay que denunciarlo, pero me quedé quieta o sea lamentablemente, no sabía cómo reaccionar a una situación así, me vi bastante sola, porque mis amigos me decían, degana te quedas ahí, porque te quedas a ayudarle, como culpándome[3]; en la actualidad, creo que sí reaccionaría diferente, no con palabras irrespetuosas, pero si evitaría esta situación de quedarme invisible, inmóvil, por lo menos me saldría corriendo de ahí, era lo que más deseaba en el momento. Lamentablemente ese día no había ni una profesora, ni un profesor que llegue a salvarme.
Con este profesor yo sentía ese tipo de terror en el que te quedas inmóvil, en el que no sabes sí hablar, gritar y es porque también tenía conflictos en la relación con figuras de autoridad, siempre se me ha hecho muy difícil el reaccionar; se te pasan miles de ideas por la cabeza como por ejemplo, si yo denuncio esto, él está a cargo de esta materia y me va a disminuir la materia o no me van a creer porque él es una autoridad; entonces en el momento sentía terror ansiedad; cada vez que pasaba por algún pasillo, me daba me daba demasiada incomodidad o si lo veía de lejos; lamentablemente justo en la época yo tenía ansiedad y depresión, y esto fue un detonante terrible para mi situación emocional.
En esta situación yo normalizaba, lamentablemente pensaba simplemente que es una persona amable, no hacía caso a lo que sentía, me estoy sintiendo incomoda, pero me decía, no hay razón de sentirme incomoda y después cuando ya fui procesado un poco más de información, me daba cuenta que[4] también eran pensamientos de ira, me molestaba demasiado y no solo con él, sino conmigo, por no moverme, por no reaccionar para defenderme de algún modo y también mucha vulnerabilidad, a la larga, en la Universidad no puedes decir este tipo de cosas de los profesores, porque puede ser peligroso, incluso por el tema de mi beca, por eso es que decidí callar y supongo que otras personas también.
Te cuento que me vi forzada a faltar cada vez más a clases, yo me iba igualado con mis compañeros, les pedía los cuadernos, cuando ya no me quedaba de otra, tenía que ir a clase, evitaba mirarlo a los ojos, porque esa mirada con la que me miraba mientras pasaba era tan notoria, que todos me decían, por qué te está mirando así; en esos momentos me sentía una persona muy pequeña, como una persona demasiado minúscula ante el problema, a él lo miraba como un ser muy grande, te cuento que incluso llegue a tener pesadillas con él, soñaba que me perseguía y no sabía cómo reaccionar. Aun así, acabe el semestre, se me hizo eterno, me prometí que sí me jalaba la materia y el profesor seguía en la Universidad, no iba a tomar esa materia, la iba a tomar con otro profesor, no iba a caer otra vez en eso.
Durante esta situación, yo tenía miedo del contacto físico con él, me daba demasiado miedo el encontrármelo no sólo en la Universidad, porque tenía miedo de encontrármelo en la calle, o sea encontrarlo en el estacionamiento, tenía miedo de desaparecer, que de algún modo busque la forma de acorralarme físicamente; tenía carro, entonces algunas veces yo lo veía entrar en el carro y ya me estresaba, necesitaba estar acompañada, no podía estar sola dentro de la Universidad e incluso en las zonas alrededor necesitaba estar acompañada, era una situación demasiado incomodan totalmente.
Recuerdo que mis emociones eran de ira, impotencia, tristeza por sentirme tan sola, porque en esa conversación que mantuve con él ese día que te comento que le ayude a pasar las notas, me decía si yo tenía papá o hermanos y le dije no tengo, que vivo con mi mamá, que solo somos las dos; y creo que fue el error más grande de mi vida, el haberle dicho que solo somos las dos, porque se aprovechó de esa realidad, de que no exista algún tipo de hombre que me proteja y cada vez se acercó más, entonces me daba rabia, porque él creía que era tan vulnerable, no sólo por ser mujer, sino por ser educada por una mujer, y él cree que esta imagen es una puerta abierta a mi vida, cree que tiene derecho sobre mí, como diciendo estás sola, yo debo proteger[5], y me ha pasado situaciones similares en el pasado, por eso en la actualidad ya no digo la verdad, digo tengo 3 hermanos y vivo con mi papá y mi abuelo, a ver si así no molestan, la verdad si frena muchísimo, también molesta, me pregunto muchas veces porque tengo que estar diciendo que tengo un escudo de hombres que me protegen para que no me violenten, a la larga tienen que respetarme porque si. Este tipo de situaciones se replican demasiado en la Universidad y lamentablemente, no solo de parte de los profesores sino parte de los estudiantes, los compañeros y hay que ponerles un alto, un freno y ser la malvada de la clase para que no te molesten y no dejarte ver la cara, la Universidad te enseña a cómo reaccionar de algún modo; muchas veces como mujeres, como estudiantes, como becadas, como hijas únicas vamos a salir perjudicadas de algún modo, porque el sistema lamentablemente funciona así, así es cómo han estado adecuados en la Universidad, pero también nos damos cuenta que pierdes más de lo que ganas. Yo pienso mucho y sé que no optaría por estar en una Universidad en la que mi seguridad tanto física, emocional y psicológica se vea afectada.
Cada que iba a la clase de este profesor, me imaginaba que lanzaría algún tipo de comentario o actitud, eso ya era cosa de todos los días, que me veía, las típicas miradas incómodas, el tipo tenía una gran facilidad para lanzar comentarios incómodos estar rodeado de mis compañeros o compañeras; me acuerdo que tenía a mi amiga sosteniéndome la mano todo el tiempo, evitaba mirarle el rostro, incluso su voz se me hacía cada vez más insoportable, evitaba todo tipo de contacto con él[6]; mis compañeros entendían la situación que está viviendo y sentía su apoyo, pero igual estaba sola.
Mi rendimiento académico no fue muy bueno, si pase todo, pero con las justas, por lo que tuve que faltar a clases y guiarme por los apuntes de mis compañeros, obviamente, no van a hacer lo mismo que recibir una clase personalizada; yo nunca he sido una alumna que le gusta faltar a clases, siempre intento dar lo mejor de mí, por esta situación también me produjo mucho más ansiedad, me decía a mi misma que no puedo quedarme en supletorios, eso significaría quedarme sola con este tipo en un aula, entonces pase con las justas, normalmente tengo un promedio adecuado a una persona que tiene beca y que le gusta estudiar, siento que este período fue un bache en la Universidad en el aspecto de notas.
Yo evitaba estas situaciones de diferentes formas, como te mencione anteriormente, evitaba ir a la biblioteca de la Universidad e iba a la de otra Universidad, evitaba estar sola en los pasillos, evitaba frecuentar el área de investigación, porque sabía que estaba ahí, iba de la casa a la universidad y de la universidad a la casa, ya no estaba en espacios compartidos con mis compañeros llegue a aislarme.
Con respecto a mi aspecto físico, yo siempre he sido una persona que no usa escotes, no usa mucho maquillaje, en esa noche que te comenté, yo estaba con bufanda, estaba tapada y este tipo me lanzó ese comentario, en mi cabeza decía no estoy enseñando ni los dedos y me lanza el comentario de que soy muy bonita, deberíamos salir. Siento que no cambie mi aspecto, porque realmente siempre he sido cohibida para vestirme de algunos modos, incluso cuando hace calor, porque así es el entorno social aquí, si te pones una falda o un vestido, es para que te estén molestando y para no morirme de iras, prefiero estar totalmente tapada. Recuerdo que en ese momento, mi autoestima estaba baja, pensaba, ni siquiera me estoy arreglando no se porque estoy viviendo este tipo de situación, no hay sentido de que una persona esté dando ese tipo de comentarios.
La relación con mis compañeros fue muy distante, también se debe a otras situaciones de acoso que viví, tuve una amistad muy cercana a tres personas con las cuales no había ningún tipo de contacto físico, en la actualidad estoy un poco aprendiendo a socializar, no soy mucho de beber, tampoco salir con mis compañeros, eso no es lo mío, me acercaba más a mis amigas, mis compañeras para sentirme respaldada. A grandes rasgos las personas que vivimos la situación con este profesor, sabemos que fue una situación que nos sigue haciendo sentir incómodas y lo único que buscaba con mis amigos era sentir un respaldo.
Durante este período, pensaba que podía perder la beca, pensaba que me podían decir que estoy mintiendo o exagerando, como te comentaba, yo muchas veces pensé que tal vez le estaba tomando demasiada importancia a esta situación, por así decirlo pensaba que necesitaba sí o sí pasar la materia, así sea pasar con las justas, porque no quería estar en un supletorio con él, tenía miedo que me digan que soy mentirosa, ese era mi mayor miedo, no ser tomada en serio por las autoridades y estar sola, porque al no hablar de esta situaciones con mis compañeras, no nos dábamos cuenta que muchas estaban viviendo la misma situación, este profesor se cuidaba mucho, tenía una chica en cada salón, muchas veces no hablamos con otras personas de otros salones y no sabes lo que esta pasando con tus compañeros de otros semestres; cuando denunciamos, me puse a pensar, este tipo sigue aquí, estoy en segundo semestre, pero vienen niñas de 17 o 18 años, es una situación que va a pasar varias veces más.
Durante este semestre mi nivel de ansiedad y estrés se disparó, llegó a afectarme en temas alimenticios, ya no podía consumir bien los alimentos a las horas, porque tenía demasiada ansiedad, me empezó a dar un poco de pánico, incluso para salir a la Universidad, tengo que admitir un faltaba mucho porque no sabía cómo lidiar con esta situación, muchas veces al llegar a la puerta de mi casa empezaba con la náusea, las arcadas básicamente.
Al recordar la situación con mis compañeros, ellos lo normalizan, tú sabes que este tipo de situaciones a veces se toman mofa, a burla, como si fuera totalmente normal, como te digo no me llevaba muy bien con mis compañeros, porque no salía demasiado a beber, ni de fiesta con ellos, así que nadie puso la cara, veía que muchas se quedaban quietas, algunas incómodas me quedaban viendo como diciendo, estás bien; en clases yo me ponía en la parte más lejana y más arrinconada de este profesor para que no me mire, ni me haga algún tipo de comentario.
No pensé en denunciar, porque creía que no me iban a escuchar, según mi pequeño mundo era la única que estaba pasando esto, ahora ya sé que existimos muchas más víctimas de este tipo de situaciones y por la misma persona. El momento que más me sorprendió es que habían casi 16 casos de personas que habían vivido lo mismo, que se habían sentido igual que yo y cuando lo denuncie pensaba que nuevamente no me tomarían en serio, que lo justificarían como ya había pasado, diciendo que el profesor es humanista, que estoy mal interpretando, no quería que nos quedáramos con esa sensación de, qué tiene que ver humanismo con el acoso, obviamente no tiene nada que ver.
En estos casos, yo pensaba que la Universidad no hacía nada relevante, escuche de otros casos, donde la denunciante era la que salió mal parada de la situación; al escuchar la situación de que éramos varias, dije al menos, vamos a dar a conocer esta situación, incluso para que las nuevas chicas que llegan a la Universidad estén atentas, en ese momento estaba una psicóloga en bienestar estudiantil, fue la mejor opción para atender nuestro caso, fue la única que nos escuchó y en ese momento hizo las cartas con nuestros testimonios y las llevo al vicerrectorado, fue increíble, porque en menos de un mes, el tipo estaba fuera de la Universidad y con una denuncia por acoso, me quedé impresionada, sobre todo el que nos hagan sentir escuchadas, no pensé que nos iban a escuchar.
Cuando una vive estas situaciones, no tienes idea a quien recurrir, teníamos una profesora que nos hablaba del acoso y que si alguna vez tenemos ese tipo de situación debemos ir a bienestar estudiantil, y fue ahí que todas decidimos no quedarnos calladas, no íbamos a permitir que esta situación se repita, nos pusimos a pensar en el resto de las personas que pudieran pasar esto y que seguramente no van a ser visibilizadas. Yo lo máximo que esperaba que haga la Universidad, es que le pongan un alto, no me imaginé que lo despedirían, creí que le iban a dar una amonestación para que no vuelva a hacer eso, pero nada más, por suerte no sucedió así, sin embargo, la cosa más horrorosa es que también trabajaba con menores de edad en colegios y escuelas y ahí es donde se me abrió una luz en la cabeza y pensaba que tenía que haber hablado antes, si en la Universidad es difícil tratar este tipo de situaciones, en los colegios muchas veces es más invisibilizada, más tomada a mofa, como si se estuviera malinterpretando, estas exagerando.
Mi mayor miedo durante la denuncia, era el que mi nombre se dé a conocer, también que este profesor tome represalias, como te había comentado, este profesor me mando algunos audios, en uno de ellos me decía que me vio por un sector al norte de Quito y yo vivo por ahí, decía que deberíamos salir, no soy consciente de haberle dado esa información, entonces me da miedo salir incluso de mi casa, una vez, saliendo de mi trabajo, lo vi salí y salí corriendo, me escondí y le dije a mi jefa que solo dejen que pase este hombre porque estoy asustada, yo trabajaba en el sur y apareció por ahí caminando tranquilamente; me puse más paranoica, entonces cómo te digo, evitaba salir o salir sola y cuando lo hacía, procuraba salir con mi mamá o en la Universidad lo hacía con mis compañeras, no salía a bailar, porque sabía que a este tipo también le gustaba salir a bailar, pensaba que prefiero evitar esta situación por lo menos hasta que pase la denuncia. Después de la denuncia y ya cuando vi como actuó la Universidad, me sentí más aliviada, aún tengo miedo, tengo que admitir, de encontrármelo y no saber cómo reaccionar, no sé incluso si le han dado mis nombres o el de mis compañeras, solamente sé que lo destituyeron.
De la Universidad, sentí respaldo únicamente de una docente, incluso es mi vecina, me regresaba con ella en la noche, me decía regresamos juntas para evitar cualquier peligro; pensaba comentar un poco esta situación a un profesor que es muy preocupado por los estudiantes, pero no sentía que un hombre me fuera a entender; también sentí apoyo más por parte de mi compañero, mi amiga, de la persona con la que estaba en ese entonces, sabía que si estaba en alguna situación de estrés o de peligro podía llamarla o al menos podrían decir ella tuvo esta situación con este profesor y no ha llegado a casa, no ha aparecido; tenía miedo a no aparecer en mi casa.
Siempre quedan secuelas de situaciones, actualmente no me acerco a ningún tipo de personas y situaciones con mis compañeros, pero sí tengo la certeza que mientras la psicóloga que llevo nuestro caso este ahí, alguien puede escucharnos, si ella se va y viene alguien nuevo, no sé hasta qué punto va a estar la persona que nos escuche y mueva todas las cartas para hacer conocer estas situaciones y sobre todo que te crean. El mayor miedo en este tipo de situaciones es que una quede como mentirosa o el nombre salga a relucir, entre amigos se cuentan todo y si tú vas y le dices a un profesor, me siento acosada por otro profesor, entre ellos pueden hablar, le van a dar mi nombre y me jodo todo el semestre.
Actualmente, mi ansiedad sube un poquito porque ya no había hablado de esta situación, sentía que me había liberado, en parte me alegro mucho que personas como tú, siguen haciendo investigaciones, siguen indagando sobre esta situación, que no se centran solamente en las situaciones actuales, sino de cómo personas como yo que vivió esta situación hace un año y medio, me siento respaldada por tu investigación. Logró ver esta situación con otros ojos, al olvidarla durante un tiempo y retomar el tema, si hace que la ansiedad incremente un poco, notas todos los errores que se cometió, te das cuenta de todos los miedos que en ese entonces pude haberme evitado si hablaba, si me defendía, pero también como a nivel psicológico y emocional soy más capaz de defenderme ante una situación; sí es bueno no olvidar y no dejar de lado estas situaciones que son el día a día y lamentablemente seguiremos viviendo, no porque hayamos denunciado a un acosador se van a morir todos, pero sí me siento mucho más respaldada.
Recuerdo que en ese momento, tengo que decir que me estanque, no sabía cómo reaccionar a nivel psicológico, emocional; en la actualidad ya empecé a tomar terapia psicológica para entender estas situaciones, porque no es la primera que me pasa, es la primera que denuncio, ahora sé que puedo recurrir a algunas personas cuando pasan estas situaciones y decirme si tienes razón, esto no está bien, porque a veces necesitamos ese respaldo de que alguien te diga no estás exagerando. Los cambios en mi vida, puedo decir que me siento un poquito más con la cabeza más levantada, sin cohibirme tanto ante situaciones así, sin cohibirte ante mis compañeros, ser un poquito más espontánea, tengo que admitir que hasta un poquito más mal hablada para que la gente se aleje, porque a veces no entienden por las buenas, ahora sé que siempre hay una forma de poner un límite.
Cuando recuerdo a mi agresor, me ataca el estómago, otras veces que lo he soñado, despierto con naúseas, también tengo un rechazo hacia mi actitud en el pasado, el no defenderme y un poco de incomodidad; ya no siento ira, porque no podría vivir con ira toda la vida; se que podemos apoyarnos, crear una red, generar conciencia juntas, no sentirnos tan solas, porque siempre nos sentimos solas en la Universidad cuando pasan estas cosas, porque nos han inculcado que debemos quedarnos calladas y que es mejor dejarlo pasar.
Siento que estas vivencias de acoso si han marcado mucho mi vida, porque ya no siento confianza como antes, sé que no es bueno generalizar y sé que hay muchos hombres que son respetuosos, que tienen valores, pero a lo largo de mi vida no me ha sucedido así, de 10 hombres que conocido, 1 ha tenido que acosarme o algún tipo de insinuación irrespetuosa, así que ha cambiado mi actitud con respecto al trato hacia los hombres. Antes era una persona callada, más tímida, era el estereotipo de “calladita y obediente”, era una persona más pasiva, he cambiado incluso el movimiento corporal por qué porque ahora cuando estoy frente a un hombre desconocido yo soy impermeable, o sea no hay forma en la que un hombre desconocido sienta que tiene derecho sobe mí, me he visto en la necesidad de no confiar mucho en nadie, en esperar que incluso las mujeres no sean un apoyo, ya no hablo demasiado con muchas personas porque obviamente no te van a entender en este tipo de situaciones.