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En un halo de felicidad recuerdo a mis padres, juntos, puedo sentir el amor intenso de mi papá mi mano tiene memoria la seguridad que me daba caminar junto a él. También recuerdo mi libro de cuentos de infancia las lecturas, la cenicienta, la bella y la bestia, me hacían pensar que ese amor era posible.
En la niñez, jugaba con mis Barbies a que se iban a casar, les ponía su velo y demás y ahora veo cuanto ha influido en mí, pensaba que mi mayor éxito en la vida sería casarme con un vestido blanco en un mar de felicidad creía que el matrimonio era el clímax de la felicidad. Que él hasta que la muerte los separe era verdad, ahora entiendo que la vida también te puede separar, que todo tiene un final.
A los 10 años la realidad explotó mi burbuja. Siempre recordaré el vuelco que dio mi corazón al enterarme que mi padre le era infiel a mi madre Yo tenía 10 años y el corazón roto me prometí nunca convertirme en la mujer que se mete con alguien con pareja… pero las promesas son solo promesas. No sé si por lealtad por shock o porque no quería romper el corazón a mi madre decidí cargar con esto y nunca jamás contárselo a ella, aunque en el fondo o estoy segura que lo sospechaba
Hace 7 años tenía un mejor amigo, Alejandro, era alguien que cuando lo conocías se hacía querer, cuando me abrazaba me hacía sentir que todo estaba bien, no sé cómo pasó pero empezamos a vernos como algo más, sentí que me enamoré, no me importaba que mis amigos dijeran que estaba feo, gordo, zarrapastroso, yo lo veía perfecto; el me repetía que estaba enamorado de mí y la pasábamos bien, pero no llegamos a formalizar, me tuve que ir a estudiar a otra ciudad, intentamos mantener una relación, abierta, pero no funcionó, al menos no para mí. Él consiguió una novia y aunque constantemente me llamaba y me juraba amor, había otros momentos en los que no me hacía caso, dejaba de comunicarse para luego reaparecer.
Un día él puso una foto muy cariñoso con su novia en las redes sociales, lo único malo para mí, era que el día anterior yo había perdido mi virginidad con él, no pude hablarle por casi 2 años, cuando volví definitivamente a su a mi ciudad él estaba todavía con ella pero me escribió, yo caí pensando que en verdad estaríamos juntos pero solo me mintió.
Decidí seguir adelante, salía con otras personas pero no podía sentirme bien más que un rato, ahora que lo pienso creo que estaba deprimida, conocí a Daniel, al principio no lo tomé en serio pero las cosas empezaron a funcionar, todo era perfecto, yo me sentía feliz, pero siempre supe que él tenía que irse a estudiar a España, no pude contener las lágrimas cuando nos despedimos, así que creo que le causé pena por lo que me dijo que intentemos continuar con nuestra relación a distancia, así lo hicimos, pero desde el día uno, nada fue igual, con suerte me escribía una vez al mes, lloré muchísimo, me empecé a enfermar, le revisaba sus redes para ver a quien seguía y cosas así, me di cuenta que debía cortar con eso, me costó mucho tiempo hasta que tuve el valor de decirle “gracias porque todo fue muy lindo” pero que yo lo liberaba.
Me sentía en paz, abrí mi cafetería, estaba muy feliz, tengo muy presente ese momento de realización, hasta un día que un amigo me invitó a su fiesta de graduación, y allí estaba Alejandro, empezó a insistir en retomar algo conmigo, yo estaba bien, pero creí que podía estar mejor si le hacía caso, empezamos a hablar él había terminado con su novia, supe por una amiga que la razón había sido violencia física a ella, me pareció algo muy extraño porque él me había manipulado, pero nunca fue físicamente agresivo.
Él estaba en un momento difícil, deprimido y vulnerable, se me partió el alma, de pronto tuve una necesidad abrumadora de apoyarle, empezamos a salir, un día en la calle le dí la mano y él me la soltó, era extraño, porque en la noche no tenía problema en tomármela. Lo apoyé y pronto se puso mejor, hasta les decía a sus amigos que gracias a mí ya se sentía mejor, pero también me enteré de que se encontraba hablando con otras chicas.
Lo confronté y le dije que si éramos. solo amigos y ahí se queda todo o éramos novios, el pidió que no lo abandone, pero tampoco quería formalizar,
- Yo de novio soy lo peor, si solo por un rato que no me respondes un mensaje yo me pongo mal.
Y no sé cuántos pretextos más, finalmente quedamos en ser amigos, para mí era claro, lo podía apoyar, pero le pedí que ni borracho me intente besar y al principio lo cumplió, me respetaba.
Un día viendo las historias de una amiga en común descubrí que Daniel ya estaba de regreso en la ciudad, me puse muy nerviosa, le escribí para saludarlo, me invitó a salir, y otra vez comenzó algo entre nosotros, no me quería volver a encariñar con él, y él tampoco quería involucrarse, ni hacer pública la relación, así que me alejé sin dramas, aunque él seguía contándome su vida y sus problemas, alguna vez quise yo contarle lo que me pasaba y me dijo que busque a mis amigos, porque él no podía ayudarme. No le volví a hablar.
Para entonces Alejandro ya había comenzado otra relación, pero seguíamos siendo amigos y hablar con él me ayudaba a superar a Daniel, un día sonó mi teléfono al otro lado su voz.
- Por favor, te ruego que vengas a verme, estoy en una fiesta pero te necesito conmigo, en esta noche todo es perfecto excepto que no estás, la verdad nunca he podido dejar de amarte, ni me podido olvidarme de ti, no me dejes así, te necesito…
Al final terminé yendo, esa noche nos hicimos novios, estuvimos juntos, no me cuidé, al día siguiente tomé una pastilla, y él otra vez actuó… como si nada hubiera pasado.
A los 15 días sentí la necesidad de botar un collar que me había regalado hace mucho y otras cosas que tenía de él, tenía muchas ganas de llorar, me quemaban las manos cuando me tocaba el vientre, tuve un sangrado diferente, mi amiga me compró una prueba de embarazo y salió positivo.
Fue todo muy extraño, era como estar en un sueño, aún no lo asimilaba, pensé que lo debía tener, el novio de mi amiga y mi propio hermano me sugirieron que lo aborte, les dije que no, siempre pensé que el aborto era algo terrible, les conté a mis padres, mi mamá decía
-Eso te pasa por andar de fiesta, por eso nadie te toma en serio.
Fue el comentario más fuera de lugar que escuché en mi vida, mi padre por el contrario me apoyó.
Le dije a Alejandro obviamente, y él decía
-Por favor, no lo tengas, piénsalo bien, piensa en tu futuro, en tu vida, todavía tienes mucho que hacer, no quiero esa carga para ti, para ti, para ti, para ti….
Como que a él no le afectara, deje de contestarle, tanta sería su ansiedad que terminó diciendo.
-No me hagas eso, me vas a arruinar la vida, mi novia es suicida y esto haría que se mate.
- ¿Le importaba acaso si me moría yo?
Fui al médico al ver el eco me puse a llorar, no sabía si era tristeza o emoción, todo empeoró no podía comer ni siquiera pasar un bocado, tantas cosas pasaban por mi mente hasta el momento que me dije, “no lo voy a tener” y al fin pude comer.
Contacté a Las Comadres, estábamos empezando la cuarentena y me dijeron que en dos semanas me podrían hacer llegar las pastillas, mientras esperaba un día leí una publicación pro vida, el impacto me causó un desmayo, además bajé como 6 kilos en 15 días, lloraba, los días eran eternos, mis papás estaban súper pendientes, yo notaba que ellos aunque no iban a apoyar un aborto no querían eso para mí, el día que me desmayé mi papá me decía “Si yo pudiera hacer algo, lo haría” si ellos no hubieran tenido implantada esa idea en su cabeza, seguramente me habrían apoyado para interrumpir ese embarazo.
Las tres semanas que tuve que esperar se me hicieron eternas, no me podía ver el espejo, no me podía bañar porque no me podía ver el cuerpo, me sentía un ser despreciable, pero al mismo tiempo eso me daba fuerzas para la decisión que tomé, mis amigas me apoyaban por teléfono, llegó el día en que al fin tuve las pastillas, mis amigas me acompañaron por video llamada todo el tiempo, ese momento me dio mucha paz, estaba tranquila, cuando ya comenzó a suceder me sentí bien, ya no tenía esto que me destrozaba.
No les podía contar a mis padres, les dije que me había levantado así, me llevaron de urgencia al ginecólogo, les confirmó que había tenido un aborto, a la semana siguiente tuvieron que hacerme un legrado por una complicación.
Agradezco el apoyo de mis padres, que pude ir a una ginecóloga privada, no se si fue bueno o malo, pero desarrollé mucho miedo; a salir, a que algo malo le pasara a mi familia, me reprocho porque antes de esto, me sentía tan tranquila y ahora me siento muy culpable.
Quisiera contárselo al mundo, pero al mismo tiempo me muero de miedo, es algo que me ha marcado mucho, a Alejandro no lo volvía a ver, lo bloquee de todas mis redes, tengo la sensación de que me estalquea, no quiero saber nada de él, mis amigos pusieron una foto de él en redes me dio mucha rabia, me da tanto coraje, aunque ya lo estoy dejando ir.
Ahora veo más por mí, trato de estar bien, no me interesa saber nada de él. A veces me asaltan esos pensamientos horribles sobre mi misma, pero yo en serio lo intenté y vaya que lo hice pero no podía, él no era responsable, no podía soportarlo... ¿Cómo un niño merece venir a este mundo si no es deseado?
Nunca me sentí tan mal como el día que me enteré que estaba embarazada, sentí que debía agachar la cabeza y aceptar el destino, mi padre me dijo que no le guarde rencor, que esta es una experiencia para aprender a madurar, él siempre ha sido muy cariñoso y me quiere tanto que cuando alguien me trata con cariño yo me puedo enamorar fácilmente.
El amor es cuando dos personas se juntan y mutuamente se ayudan para crecer y seguir superándose, y aprender de uno mismo, me gusta sentirme bien, en paz, tranquila, feliz y segura, no estar loca obsesionada con las personas. Ahora lo que quisiera es una relación estable con respeto mutuo, ahora busca a alguien que me de paz, que me ayude a superar, a alcanzar mis metas. Las cosas que sucedieron me hicieron entender que lo que busco es algo más bonito, yo quiero paz.
Soy católica por herencia, creo en Dios como una forma intrínseca de amor, no creo que haya mandado leyes para todo el mundo, sino que cada uno tiene diferentes cosas, Dios está en la paz y en el amor propio, no creo que sea capaz de quemarnos en el infierno.
Sexualidad y amor, no siempre, deben estar ligadas, si existe contacto consensuado todo bien, pero si yo empiezo a ver a una persona y quiero llegar a conectar, tiene que haber algo más, una conexión mucho más grande.
En lo económico siempre hemos compartido gastos de parte y parte, me daría mucha vergüenza que me paguen todo.
Cuando me he dado cuenta que estoy celosa, siento que me estoy enfermando. Alejandro era celoso, aunque era consciente de que no tenía ningún derecho sobre mí, pero a veces se le iba la mano y me tocaba “frenarle el carro”.
Para mí la fidelidad es muy importante, si estás con alguien y ya no quieres ser fiel, ya para que seguir, para mí una traición no es justa, no podría estar en una relación abierta, eso fue lo que intenté y no funcionó. Los celos son una enfermedad un indicativo de que algo no está funcionando, hay que buscar el por qué, o dejarlo.
Yo creo mucho en las energías y que voy a atraer lo que yo soy. Antes de conocer a Daniel pensaba que el primer amor era el único. A los 15 analicé la frase “Si se pelean es porque se desean” y pensé que así era pero ya no.
Mientras estudiaba un día un tipo me quiso obligar a estar con él, me llevó a la fuerza a su cama, me enojé tanto que se asustó, aprendí a ser súper dura en esas cosas, salí con un chico que me estaba molestando, me ilusioné muy rápido me di cuenta que no tengo que crearme muchos cuentos en la cabeza.
Los roles de género han ido cambiando en mi casa, antes tenía marcado que las mujeres tenían que estar en la cocina, a los 11 años mi abuelita me enseñó a cocinar”
- Para que tu marido no te vaya a pegar.
Mi mami me decía:
- Sírveles a tus hermanos
Pero hemos cambiado, ahora mis hermanos y mi papi hacen más cosas en la casa, sin embargo, aún hay cosas difíciles como que un hombre llore o se exprese sobre sus emociones, yo siento que me ha afectado porque soy muy sensible y hay personas que no lo toleran, quizá porque han sido reprimidas desde muy chiquitas.
Sinceramente creo en la igualdad en la relación, ver al hombre como el protector, está bien, pero sé que yo también puedo cuidarme.
Violencia es cualquier forma de actuar que afecte a otra persona a nivel físico o psicológico, conmigo a nivel psicológico Alejandro fue violento, me daño tanto mintiéndome, me hirió con su falsedad, con su falta de valor con el no poder decir las cosas como son, con manipulación, diciéndome te quiero y que no sea así, o que quiera estar conmigo el resto de la vida; es muy doloroso, ahora es muy difícil confiar en alguien, ya no creo que alguien esté sinceramente interesado en mí, desconfío.
Le perdoné, yo en un punto era consciente de lo que me estaba haciendo pero lo amaba, va a cambiar pensaba, confiaba en que el amor que sentía por esa persona lo cambiaría y algún día íbamos a terminar juntos, me sentía bien pero después me sentía horrible, no era feliz, estaba mal, pero quizá en ese momento no lo entendía.
¿Le importaba acaso si me moría yo?
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